"Desde los tiempos en que los reyes invertían en la construcción de pirámides, la formación de ejércitos y la financiación de exploradores, la riqueza soberana atrajo la controversia política", dice Alexander Mirtchev, presidente de Krull, una empresa de asesoramiento y gestión de proyectos con sede en Washington, DC. "Pero los soberanos han cambiado con los tiempos y hoy representan autoridades públicas legítimas a nivel internacional", según Mirtchev, que es director independiente del fondo soberano de Kazajstán, Samruk-Kazyna. "La cooperación entre los fondos soberanos y sus gestores en diferentes proyectos representa un signo de su madurez como inversores que se han vuelto más conscientes de las oportunidades del mercado", afirma Mirtchev. "En determinadas ocasiones, podría ayudar a los fondos a convertirse en líderes del mercado en sectores específicos", afirma.
