El último paso en las medidas de flexibilización cuantitativa a nivel mundial lo dio Japón, que rompió con años de disciplina financiera. El banco central japonés -el Banco de Japón- anunció un paquete de estímulo sin precedentes de 1,4 billones de dólares a lo largo de 10 años. La relajación monetaria está afectando a la percepción de los mercados mundiales sobre la voluntad de las principales economías de formar parte de una recuperación global. "La flexibilización monetaria del Banco de Japón debe verse como una audaz declaración política, más que como un conjunto de políticas que aún deben probarse antes de evaluar cómo se aplicarán en la práctica y qué significarán".